Esta frase nos habla de regalos... ¿A quién no le gusta recibir regalos? Todos disponemos de uno con cada segundo de vida. Tristemente desaprovechamos gran parte de nuestra existencia con quejas y malos humores.
Hace ya unos cinco años, leyendo un libro escrito por un monje budista, empecé a apreciar la verdadera esencia de lo que nos rodea. Por desgracia perdí este libro, pero lo que no perdí fueron algunas enseñanzas que, a día de hoy, me son muy útiles para mantenerme feliz en mi camino hacia el éxito.
La tecnica que mejor recuerdo es sencilla y seguro que por todos conocida. Se trata de rechazar cualquier sonido, olor o imagen del "progreso" como trafico, obras o aviones, centrandonos en las cosas naturales como el canto de un pajaro, la forma de una nube, el sonido de un grillo o el olor a hierba mojada. Esto provoca inmediatamente una visión muy gratificante de la vida y de uno mismo. Simple pero efectivo. Como a cualquiera, me cuesta aplicar el 100% del tiempo esta perspectiva, pero si es cierto que me ha ayudado mucho.
Como muestra un botón. Soy vendedor y me encanta mi oficio por que me permite aplicar este tipo de cosas, mientras trabajo, con mayor libertad que si tuviera otro tipo de empleo. Cuando algo no sale como esperaba. Cuanto mas agobiado, enfadado o desmotivado estoy. Precisamente en ese momento, me centro en la silueta de la sierra, el laborioso esfuerzo de unas hormigas o la bondadosa mirada de un perro. Es entonces cuando mas cerca tengo la felicidad y me invade una sensación de paz indescriptible. Dejo atrás todas la cosas superfluas.
Cada dia, por la mañana, me propongo disfrutar del regalo llamado presente y, aunque no lo consiga siempre, esta actitud me permite sacar mucha mas satisfaccion de la que hubiera imaginado jamás.
